Unos signos, en apariencia insignificantes, al ser anotados en su cuaderno, son ya breves indicios de los que la artista considera ya como su obra. Una. Única. Algo que ha de manifestar sus términos más estrictamente artísticos para que se convierta en signo y creación, en referencia que nos sitúe en un espacio nuevo y un tiempo nuevo.
Pero ahí, una vez manifestado el signo, no importa ya que la artista diga o calle. Será posible cargar el acento sobre el signo con más fuerza que la artista acaba de emplear, pero es un signo que ha dejado ya de pertenecerle. El signo es y está, dice y calla, se muestra ora generoso, ora esquivo. El signo nos interpela. Y nosotros, al responderle, (tanto da si con nuestro asombro o nuestra indiferencia) añadimos signo al signo.
La artista ambiciona lograr que con su obra irrumpa el tiempo en la percepción del signo como lo ha hecho tradicionalmente el espacio.
Para hacer este modelo 3D a partir de una obra de Elena Asins adapté a mi modelo en tres dimensiones los recursos gráficos que utiliza la artista en su obra. Me di cuenta de que su trabajo original estaba colocado sobre una cuadrícula (tablero de juego) a la que se le superponía otra cuadrícula pero girada 45 grados por lo que esta segunda red toma más fuerza que la primera. Esto se ve reflejado en mi trabajo. Después de seguir analizando considere que las cinco grandes franjas horizontales llevaban una misma regla de generación y que todos sus elementos horizontales y verticales (piezas) estaban constituidos a partir de la unión de varias medidas de módulo.
El asunto que mas me llamó la atención es que estas franjas con sus correspondientes fichas estaban desplazadas hacia derecha o izquierda y completadas con fichas que no seguían la proporción del módulo marcado. Esto último se puede ver reflejado en mi trabajo con las tiras móviles que están desplazadas de su posición original, además esto se remarca con la ruptura de la trama de la red que ocupa toda la superficie del tablero.
Como consecuencia de este desplazamiento algunas de las fichas también han sufrido una deformación originando direcciones oblicuas.
Para remarcar más la línea y la importancia que tiene en la trama de las cinco franjas he realizado un segundo trabajo que explora posibilidades con la esa superposición de tramas que comentaba antes.
Es una propuesta tridimensional para la obra elegida que permite su experimentación por todo su volumen. El tablero se ha convertido en la lámina de plástico curvada y cortada en sus esquinas para evitar la forma cuadrada y la predisposición a mirarla desde una posición ya programada. Al curvarla y ser flexible se puede convertir lo cóncavo en convexo y viceversa. A partir de esta lámina hice pasar hilo trasparente elástico que mantiene la forma de la lámina y que además crea la trama, por un lado de líneas paralelas en franjas del mismo número de ellas y por el otro una trama cruzada a modo de red girada como había descubierto a partir de la obra de Elena Asíns. Al ser materiales transparentes permiten la superposición de tramas y además al mover la pieza esta superposición es cambiante según el punto de vista que se tome.
Al añadir las piezas de metal brillante crea nuevas posibilidades de superposición, y al ser de otro material ayuda a añadir nuevas sombras en la fotografía más intensas y más protagonistas. Son piezas metálicas de alambre que están moldeadas en direcciones perpendiculares en el espacio por lo que según por donde las mires se ve la pieza compuesta siempre por las dimensiones de módulos (en la anterior entrada explicado).
El asunto que mas me llamó la atención es que estas franjas con sus correspondientes fichas estaban desplazadas hacia derecha o izquierda y completadas con fichas que no seguían la proporción del módulo marcado. Esto último se puede ver reflejado en mi trabajo con las tiras móviles que están desplazadas de su posición original, además esto se remarca con la ruptura de la trama de la red que ocupa toda la superficie del tablero.
